Nelson Shack: “No podemos controlar si la gente no nos ve con la adecuada legitimidad”
El nuevo contralor ha iniciado ya el proceso de moralización para detectar posibles inconductas funcionales o casos de corrupción al interior del sistema nacional de control. Señala que para lograr una Contraloría moderna se requiere de una modificación legislativa para que los órganos de control interno pasen a dicha entidad con sus propios presupuestos.
Asume el cargo en un momento en que la población ha perdido la confianza hasta en la Contraloría. ¿Cómo revertirá esa percepción?
Asistimos ahora a una de las principales crisis y deterioro institucional de esta organización, pero no solo de la Contraloría sino de todo el sistema nacional de control que incluye los OCIS (Órgano de Control Institucional) y las Sociedades de Auditoría. La recuperación de su legitimidad es fundamental y es por eso que uno de los ejes principales de trabajo será la moralización del sistema nacional de control. Y eso empieza por mejorar los procesos de trabajo, profesionalizarlos, y hacer cambios en la estructura organizacional y en el personal.
¿Con qué personal cuenta?
Son 3.200 personas, de las cuales 250 son CAS, 350 son locadores y hay cerca de 2.600 personas de planta. La gran mayoría de estos últimos entró en los años del período de administración del contralor Matute y antes. Vamos a reorganizar el cuadro de asignación de personal. Voy a hacer algunos cambios en la alta dirección de la institución y en la dirección media. Las personas que sean convocadas para ocupar estas posiciones de responsabilidad van a ser intachables, idóneas ética y moralmente, y profesionalmente, porque no tenemos el tiempo para que venga gente a aprender.
¿Hará muchos cambios?
Trataremos de hacer una mistura, dando posibilidad, porque yo creo que hay gente muy buena y preparada en la Contraloría que ha estado relegada y postergada en los últimos años, y les vamos a dar la oportunidad de que puedan acceder progresivamente a esos cargos de responsabilidad. No podemos controlar si la gente no nos ve con la adecuada legitimidad. ¿Cómo vamos a controlar la corrupción si la gente cree que la inconducta funcional y la corrupción están aquí dentro? Por eso antes que nada tenemos que limpiar y ordenar la casa.
¿Por eso pidió a 20 funcionarios poner su cargo a disposición?
Hay cien puestos de confianza en la organización. He empezado con la parte administrativa que está relacionada a cuatro grandes áreas: la Secretaría General, la Gerencia de Administración, la Gerencia de Recursos Humanos y la Gerencia de Planeación. A los que están en esas áreas y en puestos de confianza he pedido formalmente que pongan sus cargos a disposición para hacer la evaluación correspondiente.
¿Por venir de la cuestionada anterior gestión?
Haber estado en la gestión anterior no debe ser motivo para que dejen sus posiciones. Haremos una evaluación rápida. Hay muchos igual o más calificados para hacer ese trabajo, pero están ellos porque tenían la confianza de la autoridad. Ellos no tienen mi confianza, en muchos casos no los conozco. Por eso veremos una mecanismo rápido para formarme una opinión sobre su idoneidad moral y profesional.
¿Ya tiene un candidato para ser su vicecontralor?
Yo conozco de antes al contralor (Oswaldo) Yupanqui. Me parece una persona no solo de carrera sino honesta y ahora estoy trabajando con él. No he pensado todavía en quién va a ser mi nuevo vicecontralor.
¿Cuánto tomará el proceso de moralización?
Empezó desde que llegué, pero es un proceso que va a tomar algo de tiempo. En toda organización hay personas buenas, a ellas hay que promoverlas y ayudarlas; y hay personas que no son tan buenas, que yo creo que son las menos, y a esas hay que retirarlas de la organización. Convocaremos a un esfuerzo conjunto de moralización al interior de la propia organización, que ya se está iniciando, pues está llegando información a mi despacho de distintos funcionarios que al ver nuevos aires comienzan a dar información que será muy útil para detectar las inconductas funcionales y posibles actos de corrupción.
Usted dijo que no se debe a quien lo eligió. ¿Seguirá la investigación, por ejemplo, en el caso de las computadoras sobrevaluadas en el Congreso?
Sí, por supuesto. Algo que caracteriza mi trayectoria profesional es que hago las cosas porque creo que es lo correcto. Nunca he sido fácilmente presionable, siempre he tenido una gran vocación de renuncia. Por eso les digo a las personas que tienen dudas respecto de mi independencia: con los hechos se convencerán de mi absoluta imparcialidad con quienes me propusieron, que es el Poder Ejecutivo; con quienes me eligieron, que es el Poder Legislativo; y ante el que he jurado, que es el Poder Judicial.
¿También proseguirá el control sobre Chinchero?
Por supuesto. Estamos trabajando en el informe de Chinchero, hay una acción de control que esperamos terminar en agosto sobre el contrato original. Somos conscientes de que el contrato ha sido resuelto unilateralmente por el Gobierno y lo supervisaremos. Recabaremos información sobre cómo se está llevando a cabo y sin duda alguna se harán las acciones de control respectivas.
¿Cómo tener una Contraloría preventiva como dice con poco personal y que en algunos casos son pagados por aquellos a los que deben supervisar?
Un sistema de control moderno, lo que hace es previene, detecta y sanciona. El punto fundamental de este nuevo enfoque que le quiero dar al sistema de control es la prevención y para eso tenemos que lograr la implementación robusta de sistemas de control interno en las instituciones públicas. Esto significa tener procedimientos documentados, procesos establecidos, mapas de riesgo que identifiquen esos riesgos y las acciones para mitigarlos, es decir, una organización profesional donde la discrecionalidad de la autoridad y del funcionario no tenga espacio y esté regulada. Eso es el mejor antídoto, junto con la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
Y que el controlador no sea pagado por la entidad a la que supervisa...
Resulta para mí inverosímil y hasta absurdo pensar que el controlador va a hacer bien su trabajo si el controlado lo nombra, le paga, etc. Lo que tenemos que hacer, y esa es una modificación legislativa, es que todas las personas que están en los OCIS, con sus respectivos recursos, deben ser transferidas a la planilla de la Contraloría.
Eso implica un cambio en la legislación. ¿Presentará un proyecto de ley?
En el marco de la presentación que formalmente tengo que hacer en la Comisión de Fiscalización voy a presentar un proyecto de ley que va a contener una serie de cambios articulados que van a permitir hacer muchas reformas.
¿Aprobarlo sería la muestra de que el Congreso tiene voluntad política de apoyarlos?
Exactamente. Todas las bancadas con las que me he reunido han manifestado la necesidad de luchar frontalmente contra la corrupción y varios han ofrecido su apoyo para aprobar las iniciativas legislativas para hacer que este proceso se empiece a convertir en realidad.
Fuente: La República